Tributación de regalos de boda
Los regalos que reciben los recién casados constituyen hecho imponible del impuesto sobre sucesiones y donaciones. Estos presentes se consideran como "una adquisición a título lucrativo" y como tales se encuentran sujetas al impuesto sobre sucesiones y donaciones.
Este impuesto está cedido a las Comunidades Autónomas, las cuales tienen capacidad normativa en este impuesto pudiendo establecer reducciones, bonificaciones, modificaciones de tarifa y cuantía del patrimonio preexistente. Con carácter supletorio se aplica la ley estatal.
La base imponible se calcula teniendo en cuenta el valor de mercado del bien. A este valor de mercado se le aplicaría una tarifa progresiva y al resultado se le multiplicaría por un coeficiente que dependerá de la relación de parentesco entre en donante y el donatario y el patrimonio de este último.
En un principio, Hacienda no entra a girar liquidaciones por la ofrenda de regalos a los recién casados a pesar de que, legalmente, puede hacerlo. No obstante, conviene recordar que es conveniente poder demostrar la procedencia de los regalos de boda ya que, si Hacienda descubre grandes cantidades de dinero, puede considerar que son ganancias patrimoniales no justificadas y hacer que se integren en la base imponible general del IRPF con un tipo marginal mínimo que puede resultar mucho mayor que si se tributase por el impuesto sobre sucesiones y donaciones.
La conclusión es que, si bien es cierto que no es costumbre declarar las donaciones que se ponen de manifiesto con ocasión de la ofrenda de regalos de boda, dichas donaciones están sujetas y no exentas, y el hecho de no declarar supone en última instancia un incumplimiento de las obligaciones tributarias.
